En los últimos años hemos oído más que nunca el término gentrificación, pero ¿qué significa exactamente?, ¿qué relación tiene con el turismo?.
La gentrificación se conoce como un proceso de transformación de un espacio urbano por diferentes causas, lo que provoca un declive de la zona tal y como se conoce. Los motivos que la ocasionan pueden ser muy diversos, como por ejemplo, la inversión inmobiliaria, la demanda de un colectivo en un barrio o algunos movimientos relacionados con el ocio que provocan el desplazamiento de los vecinos más empobrecidos del barrio, que son sustituidos por otros de un nivel social y económico más alto o por visitantes. Para gente curiosa, aquí os dejamos un artículo de elDiario muy interesante sobre el tema.
Ante esta descripción, el turismo es innegablemente un modelo que, en ocasiones, genera gentrificación, provocando desigualdad social, deterioro de la salud física y mental y situaciones de vulnerabilidad de derechos. Para comprender esta situación hay que ponerse en la piel de la gente local, de las personas residentes en un área urbana con recursos turísticos, en lugar de pensar unilateralmente como viajero.
🔸¿Cómo contribuye el turismo a esta situación?
Principalmente, se debe al aumento del precio de los alquileres. Al revalorizarse la zona turísticamente o por el cambio de función en las viviendas residenciales por el alquiler vacacional. Es la pescadilla que se muerde la cola. El propietario juega a enriquecerse destinando el piso alquiler turístico en lugar de optar por el alquiler tradicional. O, en el caso de que lo mantenga para uso residencial, será a un precio más alto debido al aumento de la demanda ocasionada por los turistas.
La cosa empeora si la clase media del barrio está empobrecida, ya que se tiende a la especulación por parte de fondos y particulares: es más fácil comprar barato para vender los inmuebles más caros.
La realidad es que las plataformas dedicadas al alquiler vacacional han contribuido a la explotación de las viviendas y ha provocado el alza de los precios. Además, la normativa vigente indica que para que un inmueble pueda tener una finalidad turística debe contar con un número de licencia turística. Actualmente no siempre sucede, por lo que se muchas de estas viviendas se consideran ilegales.
Esta es una de las causas de la turismofobia, el miedo al turista por parte de la población local.
🔸 ¿Qué consecuencias sufren las zonas gentrificadas?
Los barrios, los centros turísticos o grandes monumentos sufren la masificación de visitas.
Esto no quiere decir que sea un turismo de calidad, ya que provoca el abandono forzoso por parte de vecinos por no poder hacer frente al alza de los precios. En la mayoría de ocasiones estas zonas se quedan sin población local y con frecuentes dificultades en el descanso. Los barrios se vuelven temáticos en torno al recurso que se haya puesto en valor, los titulares ya comparan estas áreas con parques temáticos.
Culturalmente, implica una falta y pérdida de identidad por la despoblación, que también es muy importante para mantener ese atractivo turístico.
Sin embargo, esta industria deja mucho dinero en impuestos y en las empresas privadas, por lo que lo expuesto se va diluyendo en cuanto se apaciguan un poco las voces que reclaman una mejor gestión.
La pandemia ha dado un respiro, literalmente, a estas ciudades, pero la normalidad ya está aquí. De hecho, este verano de 2022 se aplaude que se haya llegado a casi cifras de 2019.
Dos visiones se han hecho más evidentes: el local ha visto las ventajas de vivir sin “invasores”. Y, el viajero, ha empezado a ser más consciente de su repercusión en otras ciudades, aunque todavía queda mucho camino.
🔸Ejemplos y reivindicaciones
- Madrid
La Asociación de Vecinos de la Corrala (Lavapiés) denuncia la situación ante la subida de precios y el cierre de locales tradicionales… También se reclama el no tener bibliotecas, la falta de colegios o que no se enfoquen ciertas inversiones en recuperar una vida en el barrio.
- Barcelona
En la Barceloneta, los vecinos también se movilizaron para protestar contra los pisos turísticos ya que en los últimos años se ha visto masificada por jóvenes turistas internacionales, que realizan el “turismo de borrachera”. Hace unos años, recorriendo este barrio, el descontento de los vecinos ya era visible con pancartas amarillas en contra del visitante.

- Venecia
En febrero de 2022 estuvimos en la mágica Venecia, coincidiendo además con el Carnaval. Había calles por las que no se podía andar por la cantidad de gente y la sensación de agobio era real, mientras en otras no pasaba nadie. En 2016, se comparaba la pérdida de los vecinos con la peste de 1630. Venecia recibe unos 10 millones de turistas pernoctantes al año, a los que se suman unos 15 millones, que pasan el día.

Esta ciudad cuenta hasta con una web que contabiliza los residentes y pone en conocimiento las diferentes problemáticas de la ciudad como por ejemplo el uso indebido de ciertos tipos de barcos/lanchas. A finales de verano de 2022 constan 49.989 venecianos, aunque el número cambia casi cada día.
La tasa de entrada a Venecia, para visitar el centro entra en vigor en 2023 (retratándose otro año más), es una necesidad que debería haberse hecho hace mucho tiempo. Además de un ingreso económico que puede utilizarse en beneficio de la ciudad. Los grandes cruceros tienen prohibida la entrada a la ciudad desde el verano de 2021.
- Ámsterdam
El centro de Ámsterdam es un ejemplo más de un turismo excesivo y perjudicial. En una ciudad de unos 800.000 personas, los visitantes al año rondan los 17 millones de personas (solo leerlo provoca saturación). Las palabras de los residentes son semejantes a las de las anteriores ciudades citadas: mucho ruido, falta de limpieza, comercios solo para turistas, etc…
En 2017, la capital holandesa anunciaba que no daría licencias para nuevas tiendas solo para turistas. Además, a finales de 2021, esta ciudad eliminó más de 13.000 anuncios de pisos de alquiler turísticos debido al registro obligatorio que se establece en la plataforma AirBnB. Previamente se tuvo que lidiar con los propietarios por la falta de cumplimiento de la legislación.
- Dubrovnik
Otro ejemplo es Dubrovnik, cuyo auge surgió con la aparición en Juego de Tronos. Vio sus minúsculas calles céntricas repletas de turistas e incluso la UNESCO se planteó retirar la distinción de Patrimonio Mundial. A partir de entonces, se han realizado iniciativas para mitigar la masificación como la línea de estrategia Respect the city o el acuerdo con CLIA
¿Seremos capaces de revertir esta situación?
¿Seremos capazas de crear, al menos, un turismo más cerca de valores sostenibles, involucrando a la población local?
Lo cierto es que la masificación de ciertas zonas con recursos únicos, al aumentar los viajes y el acceso a ellos, es una consecuencia casi imposible de mitigar. Por ello, hay que potenciar caminos para que las generaciones futuras puedan conocer lugares emblemáticos.
Estrategias de control y monitoreo, el cumplimento de las legislaciones, la divulgación sobre turismo responsable y sostenible, implicar a agentes locales y la participación y acuerdo entre grupos de interés son claves fundamentales.
2 ideas sobre “Gentrificación: Límites Y Turismo Masivo”
¡Estupendo artículo! Muy bien explicado el término gentrificación. Conocía más o menos la idea de lo que era pero no con tanto detalle. Un texto perfecto para reflexionar sobre el turismo de masas y sobre los nuevos pasos a seguir para la conservación de los destino. ¡Gracias por la información!.
Muchas gracias por tu comentario Cristina 🙂
Sin duda es un tema que invita a una mayor consciencia.